El Heraldo
Aspecto interior de la subestación de Galapa, donde solo está levantada una caseta.
Barranquilla

Subestación de Galapa: siete años de retraso y $3.400 millones en el aire

Contratada con Gensa en 2008, la obra sigue sin producir un solo vatio a pesar de la crisis eléctrica.

Deivis Castro lleva 30 años de vivir en los Carruajes, en Galapa. Ha sido testigo del cambio en la topografía del sector: la pavimentación de la calle principal, la instalación de las tuberías de agua y alcantarillado, la doble calzada de la Ruta Caribe y ahora la construcción de una estación de Policía en la entrada del barrio.

A pesar de esas modificaciones, el hombre de 33 años, al igual que sus vecinos, ha notado que un edificio permanece sin terminar con el paso del tiempo.

“Tiene unos cuatro años de estar construido y muchos no sabemos ni qué es”, asegura Castro, señalando la obra frente a su casa, cruzando la carrera 15. Tampoco sabe que detrás de la caja de ladrillos hay un contrato de $3.400 millones.

Se refiere a la subestación de energía eléctrica de Galapa, que hasta la fecha no ha generado un solo vatio, tan necesitados desde hace años por los problemas que tiene con el fluido eléctrico esa zona del departamento del Atlántico;    los mismos que afectan a toda  la Región Caribe. La obra comenzó a construirla en 2011 la empresa Gestión Energética S.A. E.S.P., Gensa, pero quedó sin terminar.

Nada ha cambiado allí desde esa época. Al revisar en el street view de Google Maps, la imagen de diciembre de 2012 no difiere en nada con las fotos tomadas por este diario en el lugar hace tres días. La única diferencia es el crecimiento natural de la maleza.

Durante la Tertulia de EL HERALDO, realizada el pasado 19 de junio con varios de los actores implicados en la crisis eléctrica que afronta la Región Caribe, el gobernador de Atlántico, José Antonio Segebre, puso sobre la mesa el tema de la subestación. “Hay obras como la subestación de Galapa que no sirven para nada y se pierde la inversión que se realizó”, dijo de manera tajante.

Problemas de luz. En ese sector de la vía de La Cordialidad es común que los habitantes pasen horas e incluso días sin luz y les toca esperar por los arreglos pertinentes para restablecer el fluido. Para hacer sentir su voz de protesta bloquean ilegalmente la carretera quemando llantas y atravesando troncos. “Una o dos veces por semana se va la luz. Los electrodomésticos se nos dañan y el calor es insoportable”, dice María Cecilia Argüello, una habitante del barrio El Carmen, a orillas de la vía que comunica a Atlántico con Bolívar.

La mujer, que tiene una venta de hielo y bolis que “no cuajan”, no entiende el porqué de los constantes apagones y menos “teniendo una subestación a menos de un kilómetro”, apunta Argüello.

Una fuente de la Gobernación asegura que son dos los obstáculos que tienen ‘varado’ el proyecto eléctrico: la demora en la construcción de la doble calzada de la Ruta Caribe y un problema con el tipo de terreno y la calidad de las obras.

La misma fuente dice que la puesta en funcionamiento de la subestación debió demorar máximo dos años, aunque el contrato dice que debía hacerse en 150 días calendarios, es decir cinco meses.

¿Quién responde?. Yuranis Castro es un ama de casa residente de los Carruajes. Al igual que Deivis, vive al frente de la subestación eléctrica a medio terminar, y también desconocía que eso eran las cuatro paredes de bloques de casi tres metros de altura con la parte superior cubierta con alambre de púas.

La ingeniera de proyectos de Gensa, Claudia Giraldo, explica que dentro de la cerca de cemento “solo hay una caseta de control” porque los equipos “están guardados en bodegas, para evitar que se dañen”.

Vía telefónica, Giraldo describe que “habrá un generador de 10 megavoltiamperios (mva), también habrá celdas especiales marca Schneider que van dentro de la caseta. Esto mejoraría el fluido eléctrico en el Municipio y las zonas aledañas, como la zona franca, Zofia”.

Según explicó la ingeniera, el proyecto se encuentra suspendido por problemas de servidumbre en la Ruta Caribe“porque no todos los predios de la doble calzada están legalizados y por eso no hemos podido seguir construyendo la línea”.

La línea a la que hace referencia Giraldo es la que va desde Baranoa hasta Galapa, para energizar la subestación y consta de la ubicación de unos postes con su respectivo cableado. Asegura la ingeniera de proyectos que solo han levantado la “mitad del camino” y que desde 2011 están solicitando la legalización.

En el horizonte de la subestación no hay plazo específico para entrar en funcionamiento, porque, como lo reconoce la empleada de Gensa, “no tenemos una fecha prevista, hasta tanto Ruta Caribe no solucione los predios”.

La empresa se negó a suministrar información, pero según pudo establecer este medio, el valor de la obra es de $3.352 millones, dinero público que hasta el momento no ha sido aprovechado.

Al respecto de la situación, luego de haberle solicitado en repetidas ocasiones información que ayudara a esclarecer la parálisis de la subestación, el ministerio de Minas y Energía, contratante de la obra, solo atinó a responder que “a la fecha se encuentra en revisión y estudio del estado de la subestación eléctrica, proceso que adelanta con el contratista e interventores del proyecto para identificar las razones técnicas que no han permitido la puesta en marcha de la unidad”.

LA ‘PELOTICA’ A LA DOBLE CALZADA.324 kilómetros de vías contempla intervenir la Concesión Vial Ruta Caribe en Atlántico y Bolívar.

Según Menzel Amín, representante legal del concesionario, en el tramo Barranquilla - Baranoa se han invertido $70.500 millones y solo falta “el pedazo en la zona rural de Galapa”. La carretera completa debía ser entregada en diciembre de 2014. Explica Amín que la demora en este tramo se debe a la afectación que sufrieron varias viviendas en el barrio La Florida de Galapa.

“22 casas se agrietaron con el paso de maquinaria pesada y cada vez que iniciábamos la obra se veían afectadas”, precisa el representante.

Es por eso que los propietarios interpusieron una acción de tutela en la que el Juzgado quinto civil del circuito de Barranquilla, en segunda instancia, les ordena detener la obra “hasta tanto se solucione el problema con las casas, pero obliga al municipio a reubicar a las familias afectadas”, agrega Amín.

Señala el representante de Ruta Caribe que cada vez que van a reiniciar las obras “esas familias han impedido que cualquier tipo de trabajo se desarrolle en esos predios que mencionan. Hasta que la Alcaldía reubique a esa gente o esas personas nos permitan desarrollar nuestro trabajo, no se podrá solucionar el inconveniente”.

Las casas de la discordia. Alba Luz Rodríguez es un ama de casa que, según asegura a este medio, lleva 22 años viviendo en la Florida, a orillas de la Cordialidad.

Cuenta que en enero de este año, a las 11 de la mañana, la vivienda donde vive con su esposo, dos hijos y su suegra colapsó “por las grietas que se han hecho desde que empezaron la carretera”.

Manifiesta que “afortunadamente las paredes cayeron hacia afuera y el techo se aguantó”.

Después de sacar los escombros, recogieron algunas de sus cosas y se fueron a vivir arrendados. Ahora regresaron al mismo lugar de la tragedia, donde ahora está erigida una casa de tablas en la que guardan sus pocos enseres, a la espera de llegue una solución .

A Juan Caballero, un hombre de 61 años que se dedica al alquiler de lavadoras, le pasó algo similar. Hace un mes uno de los cuartos de su casa se desplomó y desde entonces está a la intemperie.

Por estos casos el Juzgado ordenó “la creación de una comisión técnica (...) la cual se encargará de contratar un estudio ecológico y los que técnicamente se requieran con el fin de verificar si la reubicación es definitiva o si se pueden hacer transformaciones estructurales seguras que permitan el reingreso de las familias”.

Ante el fallo, la Alcaldía de Galapa, mediante su asesora jurídica Hortensia Jiménez, explica que “los estudios se están realizando y la administración va a responder”.

Agrega la abogada que “el proceso en estos momentos ha sido enviado a revisión para que la Corte determine si realmente es Galapa la que debe pagar, porque esa carretera es del orden nacional y es el Estado el que debería responder”.

Problemas de suelos. Más allá de la situación de los predios y la terminación de la Ruta Caribe, otra dificultad con la subestación tendría que ver con la composición del terreno en el que es construida.

La misma ingeniera  de proyectos de Gensa reconoce que “el terreno es arcilloso y como la obra ha estado suspendida tanto tiempo hay que hacer un mantenimiento para evitar que se agriete”. Incluso agrega que contemplaron reforzar el suelo.

Consultado por EL HERALDO, el geólogo Nelson Rangel explica que “cuando llueve la arcilla recoge el agua y se expande, al igual que lo que esté construido encima. Al haber sequía, como ahora, la tierra pierde el agua y se agrieta y se mueve. Al moverse lo de abajo, lo de arriba también, por ende algunas estructuras  pueden afectarse”.

Todo este escenario muestra que en estos momentos la subestación de Galapa, una construcción que debía estar lista desde hace siete años, sigue en veremos, mientras los habitantes, comerciantes y empresarios de ese municipio necesitan con urgencia que el servicio de energía eléctrica mejore, algo que, por el momento, nadie puede asegurar a pesar de la millonaria inversión que está comprometida.

Queda en el aire la pregunta de si María tendrá que esperar cuatro años, tiempo de ejecución del plan de $4 billones anunciado por Minminas, para que los bolis y cubetas de hielo con los que se gana la vida terminen de cuajar.

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