El Heraldo
Diseño de los 200 metros del muelle que serán restaurados. Al lado, el espolón sumergido de protección que construyen como obras complementarias.
Barranquilla

Así será el nuevo muelle de Puerto de Colombia

EL HERALDO conoció detalles del proyecto de recuperación de la centenaria estructura, el cual fue confirmado esta semana por el gobernador del Atlántico. Obras tendrían plazo entre 9 y 12 meses.

Hablar en Puerto Colombia de la posibilidad de que su viejo y deteriorado muelle sea restaurado es hacer que sus pobladores sueñen con un resurgir de su economía, que en sus raíces estuvo ligada a la actividad portuaria y que en la más reciente historia vive del turismo que explota esa memoria.

Así quedó evidenciado este lunes cuando una romería de porteños llegó hasta la entrada de esta estructura, que permanece clausurada desde finales del año pasado por el riesgo que significa caminar por ella. En este sitio, el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano De la Rosa, organizó un evento en el que concretó la firma de una ordenanza que dio luz verde a la contratación de las obras de reconstrucción de 200 metros de los 1.249 metros totales del muelle, con una inversión de $14.000 millones.

Mientras Verano recordaba a los presentes, entre los que también había congresistas, diputados y funcionarios del municipio, que ya “ha habido varios intentos (al menos diez)” por recuperar este símbolo del departamento, entre la comunidad asistente había uno que otro escéptico que dudaba de que esta promesa no fuese como las anteriores.

Planos originales del muelle de Puerto Colombia, los cuales servirán de base para replicar esta obra. 

Ese día, el gobernador precisó que el arranque de estas obras tomaría “entre cuatro y cinco meses”, dado que falta surtir la etapa licitatoria de este proyecto, el cual cuenta con aportes del Ministerio de Cultura ($2.000 millones) y del Ministerio de Comercio ($1.500 millones) a través del Fondo Nacional de Turismo (Fontur), dineros que ya “están asegurados” para contratar.

“Esperamos que la licitación, que debe estar saliendo a final de julio, se pueda hacer a través de la Gobernación, pero eso hay que definirlo con los aportantes del proyecto. En este proceso podrán participar firmas internacionales”, dijo a este medio la secretaria de Planeación del departamento, Cecilia Arango.

Otra de las razones por las que dieron este plazo es que aún no han terminado las obras complementarias de estabilización de playas de la primera fase de la iniciativa, que comenzaron en marzo pasado y finalizarían en septiembre próximo, según la Alcaldía Municipal. Estos trabajos, que consisten en un enrocado de 150 metros hacia los costados del muelle, cuentan con una inversión de $8.000 millones.

Una vez finalizada esta etapa es cuando, según el cronograma de la Gobernación, empezarán a hacer realidad el sueño de los habitantes de Puerto Colombia, y de muchos atlanticenses que reconocen la importancia del otrora símbolo de desarrollo del departamento, que cuenta con Plan Especial de Protección elaborado por el Mincultura, el cual también lo declaró como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional (BICN) mediante la Resolución 0799 de 1998.

La secretaría de Planeación contó a este medio que la restauración de esta estructura tomará entre 9 y 12 meses, lo que significaría que, a más tardar, en septiembre de 2017 quedará disponible como atractivo turístico de esta población ubicada a unos 15 minutos de la capital del Atlántico. 

UNA RÉPLICA. El arquitecto restaurador Rodolfo Ulloa Vergara, quien participó junto a la Universidad del Norte en la elaboración del proyecto de recuperación de este desembarcadero que fue inaugurado en 1888, precisó que la obra consistirá en construir una réplica de la estructura existente cuando se encontraba en óptimas condiciones.

Para conseguir esto – contó – tuvieron que buscar los planos originales del muelle, los mismos que utilizó Francisco Javier Cisneros, quien estuvo a cargo de la dirección de la obra que tuvo tres etapas: una de madera, otra de metal y finalmente fue revestido con concreto.

“Encontramos los planos originales de la ampliación, que eran londinenses y que estaban en el Archivo General de la Nación. Poco a poco fuimos reuniendo la documentación y demostramos que la gente quería mucho ese muelle”, manifestó el arquitecto Ulloa, al detallar sobre los inicios de este proceso en el que tuvieron que llenarse de argumentos para que el Ministerio de Cultura permitiera y apoyara la intervención de la centenaria estructura.

La labor de investigación permitió que el equipo de profesionales que realizaban este trabajo evidenciara que desde 1932 había un informe que recibió el Ministerio de Obras, donde quedaba constancia de que “ya no valía más invertir más en el muelle”. “Desde el principio se concibió como un muelle temporal, no para siempre, como es el caso de los que son construidos al pie del río. Se sabía que una vez terminaran las obras de Bocas de Ceniza (en Barranquilla) se iba a abandonar, y así sucedió”, enfatizó Ulloa.

Pese a la existencia de este documento, el arquitecto dijo que “a nadie se le ocurrió” preparar a la población para explicarles que “el mar poco a poco se iría tragando esta estructura y la haría desaparecer para siempre”, como una consecuencia de eventos naturales, como la desaparición de Isla Verde, la cual protegía el viejo muelle de las embestidas del mar.

NUEVA INGENIERÍA. El arquitecto develó a EL HERALDO algunos detalles que incluirá el nuevo muelle. Ulloa Vergara indicó que, por cuestiones de ingeniería moderna, “cada tanto tendrán que hacerle unas dilataciones”. Esto – explicó – como media de protección para que en caso de que haya un movimiento no se fisure, técnica que “hace unos años no se sabía”.

Así mismo, el profesional sostuvo que el tramo del tope lo diseñaron como si fuese un trampolín, “para recordar que el muelle está incompleto”. “Hay una serie de elementos que son innovaciones discretas, son unos guiños para dejar evidencia que es una reconstrucción de un icono que se desplomó, algo que es totalmente válido en términos de arquitectura”, puntualizó.

Rodolfo Ulloa aseguró que no tendrá que tener la resistencia original, que era para recibir buques de miles de toneladas, sino una para que sirva de paseo turístico. Afirmó que tuvieron que ser “lo más prácticos para no generar ruidos” alrededor del proyecto. Como detalle adicional, dijo, el muelle tendrá en el piso “una huella” de los rieles del tren que pasó por allí en sus inicios. 

El equipo de trabajo de la Universidad del Norte también contó con la participación del ingeniero civil Manuel Alvarado, exdocente de esta institución de educación superior. El profesional precisó que la nueva estructura no se apoyará sobre lo que existe actualmente, sino que será totalmente nueva, que va a tener una cimentación con profundidades que oscilarán entre los 16 y 20 metros. Sobre estas bases será construida una estructura peatonal con las mismas especificaciones que la que fue inaugurada hace más de 120 años. 

Alvarado afirmó que el proyecto tuvo en cuenta el nivel del mar, porque cuando se construyó el primer muelle era menor. Estimó que, desde el siglo pasado, ha subido unos 30 centímetros por temas del calentamiento global.

“Como no se pueden colocar los pilotes encima de los que están actualmente, entonces se tendrán que desplazar unos pocos metros en sentido horizontal, no lateral, para poder hacerlos. Pero la impresión que debe quedar a la gente es que es el mismo muelle que existía originalmente”, afirmó el ingeniero, quien explicó que lo primero será la demolición de la vieja estructura, que luego viene el pilotaje y para ir avanzando con la estructura hacia adentro del mar.

Porteños como Luis López Torres, presidente de Asocomunal en este municipio y quien estuvo en la firma de la ordenanza esta semana, destacan este primer paso para recuperar su mayor símbolo de identidad, algo que reconocen “no fue fácil” por las décadas que llevan luchando contra la burocracia. Él no duda en expresar ese anhelo de ver ‘en pie’ la totalidad del muelle, pero, por ahora, solo pide al gobernador, diputados y hasta congresistas que “sin más dilaciones” materialicen este proyecto en “lo más pronto posible”.

Lote del distrito 20. Fue clave para el proyecto de restauración la venta de los lotes A y B del Distrito 20 de Carreteras, predio que recibió el Departamento hace más de 20 años por parte de la Nación, específicamente para la reconstrucción del muelle. El negocio se concretó a comienzos de abril, cuando el vicepresidente Germán Vergas Lleras firmó un documento con el gobernador Eduardo Verano en el que se comprometió a que el Gobierno entregara cerca de $10.500 millones, según la Secretaría de Planeación de la Gobernación. El terreno era requerido por el Gobierno Nacional para obras complementarias del nuevo Puente Pumarejo.

Los otros apoyos financieros de la obra son los del Ministerio de Cultura y Ministerio de Comercio.

Sobre la estabilización El alcalde de Puerto Colombia, Steimer Mantilla, entregó un balance de las obras de estabilización de playas, que son la primera fase de la reconstrucción del muelle. El mandatario afirmó que estos trabajos llevan un avance cercano al 80%, dado que “ya se hizo la protección de 150 metros, hacia la parte izquierda y derecha del muelle”. “Luego pasaremos a la construcción del espolón sumergido que tendrá para proteger el muelle”, indicó, y agregó que en septiembre próximo estarían finalizando estas labores. “El plazo que da la Gobernación es el adecuado, porque coincide con lo que estamos haciendo. Este muelle es para nosotros casi como nuestra familia. Su recuperación es importante porque podría atraer muchos turistas, además, pensamos integrarlo a una ampliación de la plaza Central del municipio. Eso mejoraría las condiciones económicas de muchas familias”, dijo el alcalde Mantilla.

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