El mundo se ha estremecido con la noticia sobre los escándalos de corrupción en la Fifa que involucran a altos directivos y empleados –con la notable excepción de

Joseph Blatter, su presidente actual–, varios de los cuales fueron detenidos mientras se encontraban en un hotel de Suiza, que es, precisamente, el país donde nació la más importante asociación del fútbol internacional el 21 de mayo de 1904 y que fijó su sede en Zúrich.

Entre los involucrados está el expresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz, de 86 años, que gobernó esa entidad entre 1986 y 2013 y sobre el cual hay pedido de extradición por parte de EE.UU., solicitud que las autoridades de su país tendrán que enviar a la Corte Suprema y a la Fiscalía para el trámite judicial correspondiente.  

Estas capturas son el resultado de una serie de decisiones del Departamento de Justicia de los EE.UU. por la ocurrencia de un concurso de delitos en la Fifa, contra la cual hay denuncias por sobornos multimillonarios en dólares. Según los cargos, en las dos últimas décadas han sucedido graves casos de corrupción en la Fifa por sobornos que se remontan a los inicios de la década de los 90, y un nombre que aparece salpicado es el del brasileño Joao Havelange, a quien la Fiscalía de Suiza le imputa que recibió sobornos por 1,5 millones de dólares, aproximadamente.

La Fifa ha sido considerada la multinacional del fútbol y una de las entidades más poderosas del mundo, con 209 federaciones. Tiene, de hecho, 17 países más que la ONU. 

Según la justicia de EE.UU., los sobornos descubiertos, y que involucran a representantes de medios de comunicación y empresas de promoción deportiva, están relacionados con el tráfico de derechos de televisión, marketing y patrocinios futbolísticos. En el listado de implicados no figura Blatter, el suizo que preside hoy la Fifa. Justamente para este viernes está anunciada la elección del nuevo presidente, y según un comunicado de la misma Fifa, este evento no sufrirá ningún aplazamiento, pese al escándalo.

En las redes sociales han proliferado los comentarios alrededor de los hechos, y muchos han opinado que no se trata de algo extraño pues se veía venir desde hace años. El ex arquero de la selección paraguaya José Luis Chilavert dijo alguna vez que la corrupción de la Fifa viene desde Joao Havelange y que el ‘cerebro de todo’ era el desaparecido dirigente argentino Julio Grondona, con quien Diego Maradona protagonizó encarnizados debates.

Ayer, la Fiscalía colombiana solicitó a la justicia norteamericana el expediente, y ofreció colaboración si llegan a estar involucrados directivos del fútbol nacional.

El destape de la ‘olla podrida’ en la Fifa ha ratificado que es una potencia financiera que se relaciona de igual a igual con los gobiernos del mundo e, incluso, les impone condiciones para los campeonatos mundiales y los eventos olímpicos, y que dispone de unas reservas superiores a los 1.500 millones de dólares. ¿Se producirá la necesaria depuración en la conducción del fútbol internacional tras estos ruidos por corrupción? Sería lo esperable. Pero no parece sencillo que sus actuales mandamases vayan a despojarse del inmenso poder que disfrutan.

Urge depurar a fondo el órgano rector de un deporte que tiene millones de aficionados; una gran parte de ellos, niños, a los que no se les puede dar este tipo de ejemplos.