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William González, periodista de Deportes de EL HERALDO, se recorrió cada rincón de las tribunas del ‘Metro’. Josefina Villarreal
Deportes

¿Cuántas sillas tiene el ‘Metro’?

Un periodista de EL HERALDO se dio a la tarea de contar tribuna por tribuna, módulo por módulo, piso por piso, puesto por puesto, el número de butacas que en realidad existen.

Muchas veces en mi vida, ya sea como periodista o como un aficionado más, he visitado el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, pero siempre para observar o para cubrir un partido de fútbol, ya sea del Junior o de la Selección Colombia. Esta vez mi objetivo era otro, uno muy diferente. Muchos dirán que estoy loco, pero fui con una idea clara: contar una por una las sillas del estadio Metropolitano Roberto Meléndez.

Siempre escuché decir al inigualable narrador Édgar Perea Arias que el ‘Metro’ tenía “capacidad para 60 mil espectadores cómodamente sentados, pero le podían entrar 70 mil apretados, ¡caballero!”.

Después de la remodelación a la que fue sometido el ‘Coloso de la Ciudadela’ para el Mundial sub-20 de 2011, con la inclusión de las sillas, se habló de que su capacidad se redujo ostensiblemente.

En un principio se dijo oficialmente que la capacidad era de 49.612 espectadores, pero luego se habló de 46 mil.

En medio de las diferencias entre las cifras y las suspicacias, quejas y polémicas que se presentan en torno a la cantidad de boletas que se ponen a la venta para los partidos de Eliminatoria (para el juego Colombia-Perú, el próximo 8 de octubre, Ticket Shop, expendió 39.035), nació esta exótica propuesta periodística.

MANOS A LA OBRA
La primera pregunta que se me vino a la cabeza al ver, en todo su esplendor, el imponente escenario de lo barranquilleros fue: “¿Y ahora por dónde comienzo?”.

Era una tarea titánica, dispendiosa, agotadora, pero interesante a la vez, porque, además de cumplir con mi objetivo, iba a tener la oportunidad de conocer todos los rincones de un estadio con tanta historia para el fútbol barranquillero.

Finalmente tomé la decisión de iniciar mi conteo por el sector de occidental alta. La primera sorpresa que me llevé es que los módulos de las tribunas no tienen la  misma cantidad de sillas, ahí entendí que esta labor sería más complicada de lo que imaginé. Luego caí en cuenta que a pesar de que los asientos están numerados, en muchos casos el conteo estaba errado, así que no podía aplicar la fácil, dejarme llevar por la numeración —‘¿Qué dijiste?, ¡Coroné!, me hubiesen dicho los burlones de mis amigos en ese momento—. Si quería un trabajo perfecto, tenía dos opciones: contar una por una las sillas o contar una por una las sillas. No había de otra.

Pensar y hacerlo eran dos trabajos distintos, así que inicié con la emoción típica del primíparo. Una hora y media me llevó contar el sector de occidental alta, en medio de un clima bipolar (en un momento la sensación térmica llegaba a los 50 grados de temperatura, acompañada de un sol radiante, y de repente cae un extraño aguacero —duró aproximadamente 15 minutos—, que en vez de refrescar, sofocó más el ambiente).

Menos mal que se me dio por bajar de peso antes de emprender este reto, porque el trabajito era exigente y requería de un estado físico medianamente aceptable, algo que realmente no tengo. Tocaba bajar y subir una y otra vez las escaleras de cada módulo, caminar de un lado a otro en medio de un calor asfixiante. Sin tiempo para almorzar y tomar fuerzas. Nada. Había que sumar, sumar y sumar.

El resultado en occidental alta: 8.518 sillas repartidas en 17 módulos, unos más amplios que otros y con el del centro reducido por el espacio estipulado para los medios de comunicación.

La experiencia adquirida en la primera parte del trabajo la usé a mi favor en el resto del recorrido, lo que hizo más natural —aunque no más fácil— el conteo. Pasé por norte (6.091 sillas), luego por oriental (7.543) y culminé la mitad del trabajo en sur (6.037).

Ya ahí el cansancio comenzaba a apoderarse de mi cuerpo y de mi mente. Desde el colegio no veía tantos números y para colmo de males faltaba aún la mitad del trabajo, lo que significaba hacer el mismo recorrido, pero en la parte baja de la tribunas.

LA OTRA MITAD
La tarde comenzaba a caer de a poco, lo que me indicaba que sería prácticamente imposible terminar la tarea en un solo día. Pero había que avanzar hasta donde más se pudiera.

Y en ese recorrido una de las sillas me llamó la atención por su colorido y porque tenía estampadas varias fotografías de su dueño, Benigno Gazabón ‘El Beny’, junto a familiares y jugadores del Junior.

‘El Beny’, para los que no lo conocen, es uno de los hinchas más fieles del equipo rojiblanco. No se pierde un partido, ni un entrenamiento, nada. Bueno, este excéntrico hincha se le ocurrió la ‘grandiosa’ idea de adecuar su asiento —el número 145 de la primera hilera de occidental baja— a su manera (ver foto). Ahí reposan fotos junto a Édinson Toloza, Roberto Ovelar, Michael Ortega, ‘Carachito’ Domínguez, Vladimir Hernández y uno que otro familiar. “Ni la familia Char se da ese ‘lujo exclusivo’”, fue lo primero que se me vino a la cabeza.

CAYÓ LA NOCHE
Y como era de suponerse, se vino la oscuridad de la noche y con ella el silencio y la soledad de un estadio que da miedo sin gente, sin el bullicio de los hinchas, sin los flashes de las cámaras, sin la emoción del fútbol.

Aún me faltaba por contar la mitad de la tribuna de norte, más oriental y sur completa, (todo en la parte baja) cuando decidí que lo mejor era culminar el trabajo al día siguiente e ir buscando la puerta de salida antes que me dejaran encerrado.

Con la salida del sol, inició nuevamente el trabajo. Tenía que terminar sí o sí en la mañana, teniendo en cuenta que a las 4:30 p.m. jugaba Junior ante Tolima (Copa Sudamericana) y las puertas del estadio las abrirían para los hinchas dos horas antes del inicio del compromiso.

En total —sumando asientos normales, palcos y zona de prensa— salieron 46.692 sillas. El aforo oficial de la Secretaría de Deportes y Recreación referencia un total de 46.600. También pude contar otras cosas en mi recorrido por el ‘Metro’: nueve perros, dos lechuzas y 17 gatos, uno de ellos la mejor compañía que tuve en el último tramo del trabajo —en la tribuna baja de sur—, no se despegó de mí hasta que conté la última silla del ‘Metro’.

Aforo de la Secretaría de Recreación y Deportes
Oriental alta:
7.547
Oriental baja: 4.892
Norte alta: 6.114
Norte baja: 3.774
Sur alta: 6.060
Sur baja: 3.820
Occidental alta: 8.380
Occidental baja: 4.894
Total: 45.436
Cupos discapacitados: 164
Gran total: 45.600

Conteo EL HERALDO
Oriental alta: 7.543
Oriental baja: 4.882
Norte alta: 6.091
Norte baja: 3.747
Sur alta: 6.037
Sur baja: 3.840
Occidental alta: 8.518
Occidental baja: 4.822
Total: 45.480
Palcos y prensa: 1.212
Gran total: 46.692

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