La tercera globalización
La palabra “globalización” se viene usando hace tiempo refiriéndose a la forma como las culturas, productos y economías han dejado de tener una connotación local en los distintos pueblos del mundo y han pasado a tener una connotación global. Es mucho lo que se ha hablado y escrito sobre este término. Por ejemplo, Thomas Friedman en su libro La Tierra es Plana, plantea que han ocurrido tres globalizaciones en la historia. La primera, iniciada por Colón en 1492 descubriendo América y abriendo el comercio entre el Viejo y el Nuevo Mundo. La segunda, entre 1800 y 2000, tuvo como gran protagonista a la empresa multinacional, generando cercanías entre los distintos países a través de las empresas que se instalaban o tenían algún tipo de presencia en varios de ellos. La tercera, que vivimos actualmente, tiene como protagonistas las plataformas informáticas y de telecomunicaciones, colocando en el contexto global no solo los países, o empresas, sino las personas.
Vivimos en un mundo plano en el que cualquier persona, teniendo acceso a la red, tiene la posibilidad de acceder al conocimiento global. Además de esto, puede entrar fácilmente a la competencia laboral en cualquier lugar del mundo, dando lugar a la masificación de los servicios tercerizados entre un país y otro.
Prueba de ello es la subcontratación que se realiza, hace varios años, para la ejecución de un servicio tan serio y delicado como la presentación de impuestos por parte de contadores. Existen en India varios centros de desarrollo de declaraciones de impuesto para USA –que incluyen un sistema de seguridad y privacidad de la información- en los que quienes realizan la declaración no tienen ningún tipo de formación profesional, solo han aprendido mecánicamente a calcular el impuesto de renta. Un buen número de contadores en USA subcontratan estos centros a un costo menor para luego solamente hacer una revisión y estampar su firma.
Esto no quiere decir que los contadores, o cualquier otro tipo de profesional que subcontrate servicios en otros países se limitará de ahora en adelante a subcontratar y cobrar, o mucho menos que estas profesiones van a desaparecer. En este caso, el ejercicio de los contadores está migrando a ser consejeros diseñando estrategias complejas y creativas para sus clientes sobre cómo administrar sus finanzas para tener un mejor rendimiento contable y tributario.
La masificación de las tecnologías ha permitido que empresas medianas, o incluso profesionales independientes, accedan a negocios que anteriormente les era imposible. Asimismo, exigirán a todo tipo de actor económico a que evolucione adaptando a las realidades de un mundo globalizado en información y conocimiento.
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